Violencia obstétrica en Villa Carlos Paz

Cuando la falta de humanidad también duele

Hospital Municipal Sayago – Sanatorio Privado Punilla

El reciente fallo judicial que condenó al Sanatorio Privado P. por violencia obstétrica vuelve a poner en discusión la calidad humana, ética y profesional de la atención médica en nuestra ciudad.

La causa se originó a partir de la denuncia de una mujer embarazada de 37 semanas, quien acudió al sanatorio con dolores y contracciones, pero no recibió atención médica oportuna. Fue derivada de un lugar a otro con distintas excusas —“falta de especialista”, “falta de ayudante para la cesárea”— y debió trasladarse por sus propios medios, en pleno trabajo de parto. Horas después, una ecografía confirmó la muerte intrauterina de su bebé. Aun así, el sanatorio se negó a intervenir y volvió a derivarla. Finalmente fue atendida recién en una clínica de Córdoba.

La Cámara de Familia confirmó la sentencia de primera instancia y declaró que el sanatorio incurrió en violencia obstétrica, según lo establecido por la Ley 26.485 de protección integral contra la violencia de género y la Ley 25.929 de parto humanizado. El fallo ordena que la institución implemente protocolos de atención y capacitación obligatoria para su personal en materia de derechos de las mujeres y salud perinatal.

En la misma denuncia, también se había señalado al Hospital Municipal Gumersindo Sayago, pero esa parte fue desestimada por falta de pruebas suficientes y no llegó a ser revisada en apelación.
Desde el punto de vista legal, el hospital quedó fuera del fallo; sin embargo, esto no significa que haya actuado correctamente. La ausencia de responsabilidad judicial no borra las responsabilidades éticas y morales que también están en juego cuando una vida depende de la atención médica.

Y este no fue un caso aislado. Ese mismo año, Camila Liendro, una joven de Villa Carlos Paz, también atravesó una situación de abandono y desatención entre las mismas instituciones. No fue correctamente atendida y terminó siendo trasladada de urgencia a un hospital de Córdoba, donde ingresó en terapia intensiva y falleció en menos de 24 horas.

La historia de Camila fue el doloroso punto de partida que dio origen a la Fundación Luz SGB CIDP Argentina, una organización que trabaja para que los derechos a la salud, la dignidad y la vida sean respetados y garantizados.

Ambos casos nos obligan a mirar más allá de lo jurídico: el verdadero problema sigue siendo ético, humano y moral.
Porque cuando se pierde la empatía y la responsabilidad en la atención sanitaria, no solo se vulneran derechos, se quiebra el valor más esencial de toda práctica médica: la humanidad.

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