El basural vuelve a arder y no solo por el fuego que devoró la zona de acopio de poda durante el fin de semana. También ardieron las críticas. El humo tóxico que cubrió nuevamente la ciudad dejó al descubierto la incapacidad de una gestión municipal que sigue sin dar respuestas efectivas frente a una crisis ambiental que se repite año tras año, incendio tras incendio.
Un incendio que no se apaga con discursos
Un incendio que no se apaga con discursos
La versión oficial aún no explica el origen del nuevo incendio, pero todo indica que se inició en el sector de acopio de poda, justo donde el Ejecutivo prometió soluciones. Para Ribetti, este desastre ambiental no es un accidente, sino el resultado previsible de errores y omisiones del gobierno de Esteban Avilés. “No se respeta el estudio de impacto ambiental, y los antecedentes son clarísimos”, afirmó el edil.
Ribetti recordó una serie de episodios que muestran el deterioro de la planta: “Ya denunciamos el hundimiento de una máquina en un pantano de basura, el incendio de otra, los focos que alcanzaron el playón municipal y pusieron en riesgo la membrana del basural. Nada fue corregido. Hoy el humo vuelve a taparnos la cara, pero no puede ocultar la verdad”.
Negligencia repetida, salud en riesgo
El Centro Ambiental, diseñado para tratar residuos con sustentabilidad, se convirtió en una amenaza para la salud pública y el ambiente. La quema de restos de poda genera gases tóxicos que afectan el aire, especialmente en los barrios cercanos. “Este basural es un símbolo de la ineficiencia de quienes gobiernan. La única política de residuos que se aplica es la del olvido”, sostuvo Ribetti.
El humo no se tapa con pauta
Para cerrar, el concejal dijo: “Este incendio revela la mala administración municipal y la realidad de que no hay prensa que oculta el humo tóxico y la inutilidad del gobierno”.
Mientras el humo se disipa, quedan preguntas: ¿Quién controla? ¿Quien responde? ¿Hasta cuándo estarán librados a la improvisación el ambiente y la salud de los carlospacenses?
