Avilés, ¿Prolongará el cepo a la construcción?

A sólo 15 días de que comience un nuevo ciclo legislativo, en el Concejo de Representantes no hemos recibido ninguna definición oficial del intendente Esteban Avilés sobre una de las decisiones más urgentes que la ciudad necesita: levantar el cepo a la construcción que impuso hace ya dos años.
Ese cepo, disfrazado de medida ambientalista, fue vendido con argumentos supuestamente ecológicos. Pero hoy sabemos que detrás de ese relato se esconde una realidad mucho más cruda: la infraestructura de servicios públicos está colapsada y el municipio no ha hecho nada serio por revertirlo.
¿Por qué se puso un cepo?
El informe del propio área de agua del municipio lo dice con todas las letras: el sistema de provisión de agua está al límite. No hay capacidad para abastecer nuevas conexiones. ¿La razón? Falta de inversión durante más de una década.



Durante todo este tiempo, el municipio ha cobrado el rubro “Obras” en las tasas municipales, destinado —según ellos— a mejorar el servicio de agua. Pero las obras nunca se hicieron. En vez de dar respuestas, decidieron prohibir las nuevas construcciones, usando al ambiente como excusa para ocultar su propia negligencia.
Otra ordenanza exprés, impuesta a las apuradas
Días atrás, en el CPUA (Consejo de Planificación Urbano Ambiental), se impuso una nueva ordenanza restrictiva. Fue presentada a las apuradas por el Ejecutivo y aprobada por los concejales oficialistas y los representantes del propio Ejecutivo, que también tienen voto. ¿Cómo puede haber democracia en un órgano donde el mismo que propone puede votar? Una farsa de participación.
Este nuevo cepo profundiza aún más el freno a la construcción, generando una fuerte distorsión en el mercado inmobiliario. Las propiedades se encarecerán y solo serán accesibles para inversores de afuera, desplazando a los vecinos que ya no podrán construir o comprar en su propia ciudad.
Una ciudad sin rumbo ni obras
Este gobierno local, que tuvo como único objetivo político ganarle la batalla a la Cooperativa Integral, hoy se quedó sin enemigo y, por lo tanto, sin proyecto de ciudad. Mientras tanto, la ciudad se queda sin agua en plena temporada de estiaje, algo que nunca había pasado antes.
Más del 50% de las conexiones de agua actuales no cuentan con cloacas, por lo tanto, el problema ambiental del lago continuará por muchos años más. ¿Y la obra de gas? Totalmente paralizada. Hace más de tres años que no se ha avanzado ni un metro, desde que Avilés decidió liquidar Carlos Paz Gas, y la nueva empresa que inventó ni siquiera tiene licencia de subdistribución.
Destruir la construcción es destruir el futuro
El cepo actual no es otra cosa que una condena al segundo sector económico más importante de nuestra ciudad: la construcción. Lo que se pierde en obras, se pierde también en ingresos para comercios, corralones, profesionales, obreros y familias enteras.
Ese dinero es el que hoy falta en los hospitales, en el arreglo de calles, en el mantenimiento del mobiliario urbano y en la promoción turística. Prueba de esto es que en la última Semana Santa, Carlos Paz quedó quinta en el ranking de destinos nacionales más buscados, muy por debajo de lo que supimos ser.
Hay alternativas: solo falta decisión política
No todo está perdido. Existen alternativas técnicas reales para garantizar la provisión de agua, como nuevas captaciones, mejoras en las redes y plantas potabilizadoras. Se puede retomar la obra de gas si se toma la decisión política de reactivar la empresa local. Y, por sobre todo, es imprescindible reformar la Carta Orgánica para modernizar el municipio y terminar con este modelo que atrasa.
Villa Carlos Paz necesita un gobierno con coraje, ideas y planificación. Y no una gestión que prohíbe lo que no sabe resolver.
Autor: Daniel Ribetti
Un Comentario
Esta nota refleja la dura realidad, este gobierno es un desastre. Pura propaganda y una pésima gestión.